Sé que esta bien y qué esta mal. No es necesario relatarlo para que me asfalten el camino. A veces el contarle las cosas a alguien que no te juzga ayuda a pronunciar lo que antes de entrar al consultorio no te animabas ni a pensar, pero sólo se trata de ser honesto con uno mismo. En fin, tener los ovarios bien puestos te ahorra plata y tiempo.