miércoles, 15 de diciembre de 2010

Hoy si, mañana no. Poco y mucho, todo junto y pegoteado, pero a la vez todo separado y bien delimitado.
Para sumar un item más a mi lista de cosas que terminaron este año tengo la despedida de mi fiel celular, y como no podia ser menos, esta entrada cumplirá la función de homenaje.

A vos cosita toda rota, que te prendias sola y me asustabas, que te desarmabas en 5317 pedazos cada vez que practicabas caida libre, que perdiás los botones y las luces de los costados ya no te funcionaban, siento necesario darte el último adios. Serás reemplazado por otro modelo, quizás sí o quizás no, no sé, depende de como me levante de humor mañana, pero siempre serás recordado como el celular todo roto que milagrosamente andaba. Quizás esto paresca una boludez producto de mucho tiempo libre, pero no, no señores, no lo es. Mi celular tenia (¿si hablo en pasado es porque ya lo estoy superando?) calle, se la bancaba, era gauchito, nunca se quejaba. Un ejemplo a seguir, un modelo de vida. Es más hasta voy a presentar un proyecto de ley para que lo nombren héroe de la patria y como tal tenga su feriado  y en las instituciones educativas se realicen actos en su honor.
 No voy a dar a conocer las causas de su fallecimiento, porque sinceramente seria muy doloroso recordar aquel inesperado y oscuro momento. Será enterrado junto a la tumba del inventor de las impresoras a chorro por expreso pédido de sus familiares. Sin más que decir, saludos.

Y sí, me fui un poquito al carajo pero no me importa mientras que sea de forma inofensiva.

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